CONCHA ROMEU: DESCOSIDOS DE LA MEMORIA

Concha Romeu (Madrid, 1954) reflexiona con su exposición en la galería Gurriarán, Tan callando, sobre el alejamiento o la pérdida de los seres queridos, retazos de la memoria que se van descosiendo, rasgando, enmarañando o manchando por la huella del tiempo, por las diversas experiencias.
La artista confecciona, de este modo, sus obras, unas obras que inspiran sonrisas tristes, que pese a lo que puedan reflejar, dejan un vacío, agridulces oquedades en blanco y negro, o con algún tono más palideciendo, que las mismas superficies muestran en sus recortes, borrones desvaídos de antigüedad, arruinadas inmortalizaciones de otras épocas. Lo expuesto se retrotrae para el presente y siluetas orgánicas parasitarias parecen socavar o velar retratos que en ocasiones también se solapan o se superponen en juegos de planos bidimensionales.
Los cuadros, algo visual que no olvida la textura, se ven acompañados también por vestidos, que se refieren, por su parte, a la tactilidad, y rememorando, constituyen ásperos elementos sinestésicos, como bien lo sabía expresar Marcel Proust, de igual manera en cuanto al olfato, aromas que quedaron en la distancia y que pueden llegar a parecer tan cercanos que las situaciones se reconstruyen. Se recrea, pues, un ambiente íntimo y personal, como rescatado de entre telas de araña, con el tácito encanto de lo que precedió alguna vez su visión o la propia existencia.
Concha Romeu, Tan callando
Galería Gurriarán
Octubre y noviembre de 2006
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